El modelo EFQM es un Modelo Europeo de Excelencia Empresarial orientado a la autoevaluación de las organizaciones en términos relacionados con la calidad y la excelencia. Un estándar muy extendido hoy en día entre las empresas más innovadoras que forman lo que se conoce como industria 4.0.
Este modelo recibe su nombre por las siglas en inglés European Foundation Quality Management, (en español, Fundación Europea para la Gestión de la Calidad) una fundación sin ánimo de lucro con sede en Bruselas, que fue la encargada de definir este modelo.
El objetivo del Modelo EFQM es que las organizaciones aprendan a conocerse a sí mismas, de modo que sepan detectar cuáles son sus fortalezas y debilidades e identificar en qué punto del proceso hacia la excelencia se encuentran.
Este modelo de excelencia no es obligatorio, aunque sí recomendado para lograr una gestión empresarial eficaz y eficiente.
Los aspectos que el Modelo EFQM utiliza como referencia para la consecución de la excelencia son:
- Añadir valor para los clientes.
- Crear un futuro sostenible.
- Desarrollar la capacidad de la organización.
- Aprovechar la creatividad y la innovación.
- Liderar con visión, inspiración e integridad.
- Gestionar con agilidad.
- Alcanzar el éxito a través del talento de las personas.
- Mantener en el tiempo resultados sobresalientes.
Criterios del Modelo EFQM
Este modelo lleva a cabo la evaluación de la estructura empresarial a través de 9 criterios de excelencia, los cuales están organizados en dos grupos: agentes facilitadores y resultados.
Agentes facilitadores
En el grupo de los agentes se encuentran criterios que hacen referencia a los recursos relacionados con la gestión de los que dispone la organización y los cuales darán lugar a los resultados. Estos recursos son:
Liderazgo: Hace referencia a la capacidad que tienen los líderes para desarrollar la misión, visión y los valores de la empresa con los que gestiona la organización. Además, también se tiene en cuenta la implicación personal de estos líderes para la mejora continua de los sistemas de gestión y la motivación o el apoyo que de al resto de miembros de la organización.
Personas: Este criterio trata de cómo la organización aprovecha y gestiona el conocimiento de sus trabajadores para poder mejorar continuamente. Para ello, es importante que se mantengan en continuo desarrollo las capacidades de estos trabajadores y se les recompensen y se les de reconocimiento.
Política y estrategia: Son los planes y acciones que tienen las organizaciones para llevar a cabo su misión. Son políticas y estrategias que tienen que estar en continua revisión y desarrollo, basándose en indicadores de rendimiento e investigación y prestando atención a las expectativas de los grupos de interés.
Alianzas y recursos: Hace referencia a la forma que tiene la organización de gestionar las alianzas externas y los recursos tanto externos como internos, de manera que constituyan un apoyo para las estrategias.
Procesos: Trata de satisfacer las necesidades y expectativas de los clientes optimizando todos los procesos que se desarrollan dentro de la organización. Para ello, habrá que diseñar y desarrollar los productos de forma que satisfagan estas necesidades. Además, también hace referencia a las mejoras que se introducen a raíz de la innovación.
Resultados
En esta categoría se encuentran los criterios que hacen referencia a las consecuencias que ha obtenido la organización en relación con los distintos agentes y grupos de interés.
Resultados en las personas: Se refiere a los logros obtenidos con las personas que integran la organización, en cuanto a su rendimiento y su percepción.
Resultados en los clientes: Son los logros que ha alcanzado la organización en relación con sus clientes.
Resultados en la sociedad: Hacen referencia a los logros que se han obtenido con respecto a la sociedad en general, ya sea a nivel local, nacional o internacional.
Resultados clave: Son los resultados económicos y no económicos que ha obtenido la organización. Se comparan con los objetivos que habían sido planificados.
A través de estos nueve criterios y de la relación entre ambos grupos puede identificarse el nivel de excelencia en el que se encuentra la organización y mejorar en aquellos aspectos en los que se encuentre más débil.
