En toda empresa, uno de los aspectos más importantes es el de optimizar los procesos productivos, de manera que en el menor tiempo posible se consiga la mayor productividad y se reduzcan los recursos necesarios.
Lo primero que debemos conocer es la definición de los procesos de producción o procesos productivos. Este término hace referencia a las actividades que se encargan de transformar los inputs o recursos en los productos o servicios que llegan al consumidor. Uno de los objetivos de la empresa es reducir al máximo la duración de este proceso.
Planificación
La planificación es un aspecto clave para el buen funcionamiento de una empresa. Para poder tener un proceso de producción optimizado, previamente, debe haberse llevado a cabo un Plan de Empresa o un Plan de Viabilidad en el que se analicen todos los factores que estén relacionados con el proceso productivo.
No existe un modelo único de Plan de Empresa que debamos seguir, pero de manera general, los aspectos en los que se deberá prestar especial atención son:
- Fijar el producto o servicio que se quiera introducir en el mercado.
- Hacer un análisis del mercado y definir el público objetivo, la demanda existente del producto o servicio y la competencia a la que hay que hacer frente.
- Definir las líneas del proceso productivo: cómo se va a producir, qué costes conlleva, cuáles son los tiempos de fabricación, qué recursos son necesarios…
- Recursos humanos: fijar el equipo humano necesario durante todo este proceso.
- Plan económico-financiero: Establecer la manera en la que se adquirirá la financiación, así como las ganancias y sus plazos de obtención.
Una vez esté todo bien planificado, se podrá tratar de mejorar la productividad.
Mejora de la productividad
Algunas de las estrategias orientadas a la mejora de la productividad son las siguientes:
Delegar
Aquellas tareas secundarias, que no tengan relación con la actividad principal de la empresa, pueden delegarse en un tercero. De esta manera se conseguirán mejores resultados y los empleados podrán focalizarse en el objetivo de la empresa.
Optimizar el proceso productivo
Optimizando los procesos productivos lo que se quiere conseguir es optimizar la eficiencia.
Hoy en día nos encontramos en un mundo en el que la digitalización juega un papel importante, por lo que puede servir de gran ayuda para maximizar la eficiencia.
Para ello, una opción es utilizar herramientas de lean manufacturing. Estas herramientas son softwares de gestión que tratan de reducir los costes y los tiempos y de minimizar los desperdicios.
Optimizar la gestión administrativa
Además de optimizar los procesos productivos, es primordial para la mejora de la productividad que la gestión administrativa también esté optimizada.
Para ello, habrá que tratar de optimizar aspectos como la contabilidad, los cobros y pagos, la facturación, la relación con los proveedores o los presupuestos.
Automatización
En relación con los dos puntos anteriores se encuentra la automatización. La automatización es la regla clave para la mejora de la productividad. Con la Industria 4.0 esta automatización puede aplicarse a todos los campos de la empresa. Consiste en la digitalización de todos los equipos. De esta manera, los equipos físicos son monitorizados a través de las redes y, al estar conectados, se les puede aplicar todos los avances tecnológicos.
En este sentido, entra en juego el Big Data, aspecto fundamental para la transformación digital.
Formación y motivación
Un aspecto fundamental en el proceso de producción son los empleados. Al incorporar la digitalización en estos procesos, será primordial darles a los trabajadores la formación necesaria para el manejo de las nuevas tecnologías.
Cuanto mejor formados estén los empleados, mejor y en menor tiempo realizarán sus tareas.
Además de tener los conocimientos necesarios, también es importante que los trabajadores estén motivados. La motivación influye directamente en la productividad.
Algunas de las principales fuentes de motivación son el reconocimiento y el mérito, de forma que el trabajador se sienta realizado. Otros aspectos que influyen en la motivación son el hecho de encontrarse en un buen ambiente de trabajo y con unas buenas condiciones laborales, o el haber fijado metas alcanzables.